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Asociación de Investigadores/as AfroLatinoamericanos/as y del Caribe
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BITÁCORA  AFRODIASPÓRICA Transitando los temas de la diáspora africana en América Latina y el Caribe.

Glenda Cristina Valim de Melo

Glenda Cristina Valim de Melo: Professora do Programa de Pós-Graduação em Memória Social, na Universidade Federal do Estado do Rio de Janeiro e do Programa Interdisciplinar de Pós-Graduação em Linguística Aplicada, na Universidade Federal do Rio de Janeiro. Pesquisadora Jovem Cientista FAPERJ e pesquisadora produtividade CNPq. E membro da Directoría da AINALC. Sua pesquisa recente está focada na performatividade de raça e interseccionalidades em contexto on/offline.


La soledad de la mujer negra: un breve debate teórico
Glenda Valim de Melo

     Según el diccionario en línea Aurélio, el término soledad significa “el estado de alguien que está solo, retirado del mundo o que se siente así incluso cuando está rodeado de otras personas; aislamiento: los encantos y las penas de la soledad. Lugar despoblado y no frecuentado por personas; desierto, retiro: retiro a la soledad. Naturaleza o característica de estos parajes salvajes: soledad de los monasterios. Aislamiento moral. Interiorización: la soledad del espíritu”. Como puede ver, el término está relacionado con el aislamiento. Observé en la literatura una serie de definiciones que hacen complejo seguir una sola trayectoria para definir la soledad.

Si acudimos a la filosofía clásica, según Pacheco (2013), la soledad estaría ligada a filósofos y poetas que se aislaban en busca de una comprensión del mundo, del ser y el estar en este mundo. Pacheco (2013) presenta una retrospectiva del concepto de soledad que pasa por Foucault (1976) al estudiar la sexualidad, en el que apunta al aislamiento en las cárceles, y también por Sennett (1988), que estudia el mismo tema en los siglos XVIII y XVIII. siglos XIX, proponiendo tipos de soledad: la soledad del destierro, impuesta por el destierro; la soledad del soñador, la de los que se rebelan contra el statu quo, el poder y, finalmente, la última sería la soledad de estar y sentirse solo.

Todavía con respecto al concepto de soledad, Paiva (2020, p. 65), basándose en varios autores, dice que en el campo de la Psicología no existe un solo concepto de soledad, existen variadas posibilidades como “soledad culturalmente determinada, estar solo” por autoimposición, soledad obligatoria, todas las cuales son de entendimiento que subyacen al concepto de soledad. Conceptualizar la soledad es complejo, pues, como dice Pacheco (2013), no existiría un único y único concepto de soledad; Me atrevo a decir que depende también de la construcción histórica, social, discursiva y performativa de la sociedad, de las relaciones e interacciones entre las personas, y de las emociones.

Según Souza (2008), la soledad de la mujer negra es milenaria, “su trayectoria, desde la ruptura de la diáspora africana hasta nuestros días, estuvo impregnada de soledad” (p. 39); en otras palabras, la soledad de la mujer negra comienza con el proceso de esclavización. Además, no podemos olvidar que las luchas feministas no son iguales para todas las mujeres, como señala hooks (1995). Los lineamientos del feminismo clásico convergen en algunos aspectos con los de las mujeres negras; sin embargo, las feministas blancas ignoran el racismo, y esto trae cambios a las luchas de estas mujeres.

De esta manera, al reflexionar sobre la soledad de las mujeres negras en el contexto brasileño, se puede problematizar que está relacionada con la esclavitud/colonización, ya que esta mujer en diáspora es construida en y por el lenguaje de diferentes ideologías. Llega al país ya construida y actuando como una mujer esclava. Es brutalmente apartada a la fuerza de su núcleo familiar, obligada a cruzar el océano como mercancía en un barco negrero, a pasar de humana a inhumana, es decir, a convertirse en objeto, en mercancía (mercancías) y llegar como tal a las Américas. Todo ello rodeado de personas que están en las mismas condiciones y que, muchas veces, ni siquiera hablan el mismo idioma. La soledad es anterior al barco negrero, comienza con la captura de la población negra africana en el continente africano, que también experimenta la ausencia del amor.

Esta mujer negra esclavizada, al llegar al país y pasar el período de 'ceba' en bodegas cercanas a los puertos, fue vendida a hacendados, supervisada, vigilada y castigada por capataces que estaban autorizados a lesionar su cuerpo y quitarle la vida. pequeños resbalones. Todo ello impregna una soledad que va más allá de la vida conyugal y afectiva, siendo también subjetiva y colonial para estas mujeres. Con base en Pacheco (2013) y Souza (2008), se puede afirmar que la formación de la sociedad brasileña también en el período post-abolición, con políticas públicas de fomento del mestizaje, refuerza la soledad, incluso afectivo-sexual, ya que no son discursos que construyen a la mujer negra como no 'apta' para eso.

Quizás no hablemos mucho de la soledad, porque de estas conversaciones surgen recuerdos de dolor, rechazo, abandono y tantos otros que muchas veces quedan sin sanar. Sin embargo, lidiar con nuestro dolor puede ser la clave para rechazar la soledad que nos impone un sistema racista. El camino puede ser a través del lenguaje, sabemos que el lenguaje duele (Melo & Rocha, 2015), pero también es un lugar de sanación. En este sentido, la cura puede estar en iniciar un proceso de circulación de textos y narrativas en espacios hegemónicos que muestren el poder de la ascendencia negra, después de todo, como mujeres negras y hombres negros somos mucho más de lo que nos definió la colonización.


Referencias:

AUSTIN, John Lancaster. Quando dizer é fazer. Palavras e ação. Trad. Danilo Marcondes. Porto Alegre: Artes Médicas. ([1962]1990).

Hooks, bell. Intelectuais Negras. Revista Estudos Feministas, V.3, nº 2 , 1995..

PACHECO, Ana Claudia L. Mulher Negra: Afetividade e Solidão. Salvador: Editora UFBA, 2013.

Paiva, Raissa Lyra Valério. Solidão e ser mulher negra: as marcas da violência simbólica no Rio de Janeiro”. (Dissertação de Mestrado) – Universidade da Grande Rio - Duque de Caxias, 2020.


 

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